Un paseo por Palol de Revardit antes de comer en Can Mià
Visitar Palol de Revardit es una experiencia que va mucho más allá de una escapada rural. Este encantador pueblo del Pla de l’Estany, rodeado de naturaleza, historia y tranquilidad, es el lugar perfecto para desconectar del ruido y reconectar con los placeres simples. Y si hay algo que no puede faltar en esta visita es una buena comida en el Restaurante Can Mià, donde la cocina casera de toda la vida se convierte en un verdadero homenaje al paladar.
Pero antes de sentarte a la mesa y disfrutar de nuestros platos, te proponemos un pequeño paseo por los rincones más bonitos del pueblo. Un recorrido tranquilo que te abrirá el apetito y te permitirá conocer el entorno que hace tan especial a Can Mià.
El castillo de Palol de Revardit: una joya medieval
El primer punto imprescindible es el Castillo de Palol de Revardit. Situado en el corazón del pueblo, este castillo medieval del siglo XI ha sido restaurado con mucho respeto por su historia y hoy se puede visitar parcialmente. Pasear por sus alrededores es como viajar en el tiempo. Desde lo alto, tendrás unas vistas preciosas del paisaje rural que rodea el pueblo, con campos, bosques y caminos que invitan a la calma.
La iglesia de Sant Miquel
Muy cerca del castillo se encuentra la Iglesia de Sant Miquel, una construcción románica sencilla pero con mucho encanto. Su entorno silencioso, con árboles y piedra antigua, transmite una serenidad difícil de encontrar en otros lugares. Si vienes por la mañana, es muy probable que escuches solo el canto de los pájaros y el susurro del viento entre las hojas.

Rutas entre naturaleza y tranquilidad
Palol de Revardit también es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Puedes seguir alguno de los caminos rurales que parten del pueblo y que serpentean entre encinas, robles y campos de cultivo. Son rutas fáciles, ideales para hacer en familia, en pareja o incluso solo, si lo que buscas es un momento de desconexión.
Durante la primavera y el otoño, el paisaje se tiñe de colores vibrantes, pero cualquier época del año tiene su encanto. En verano, por ejemplo, el fresco de los bosques ofrece un alivio natural y perfecto antes de sentarte a comer en Can Mià.
Un entorno que invita al sosiego
Además de los puntos turísticos más destacados, Palol de Revardit tiene algo difícil de describir pero fácil de sentir: una atmósfera pausada, amable y auténtica. Es un lugar que no busca impresionar con grandes monumentos, sino con detalles: el aroma de la leña, el saludo de los vecinos, las flores que decoran las ventanas, el silencio del mediodía…

Es precisamente ese ambiente el que ha inspirado la filosofía de nuestro restaurante. En Can Mià, todo lo hacemos con calma y con cariño, desde el pan que servimos en la mesa hasta los guisos que cuecen durante horas. Queremos que tu experiencia sea completa: buena comida en un entorno que invita a saborear la vida sin prisas.
Y después del paseo… a la mesa
Después de recorrer el pueblo, llega el mejor momento: sentarte en Can Mià y dejarte cuidar. Nuestra carta combina recetas tradicionales catalanas con productos de temporada y una atención cercana y familiar. Ya sea que elijas un arroz, una carne a la brasa o uno de nuestros platos del día, te aseguramos que será el broche perfecto para tu paseo por Palol de Revardit.
Muchos de nuestros comensales nos cuentan que descubrir el pueblo ha sido una sorpresa maravillosa. Y cuando vuelven, ya no lo hacen solo por la comida, sino por la experiencia completa.